Acción duracional de habitar el museo.
Soñar el ambiente, imaginar la obra.
Okupar el museo.
Armar un rompecabezas.
Comer y beber productos negros.
Una pecera con una pareja nadando en su habitación.
Una pecera del tamaño del mundo
Dos peces
Cuando uno aletea el otro vibra
Interconexión
Nosotros 70% agua
Espacio 99.99% vacío
El ciclo de lo orgánico a lo transparente
En un litro de agua
En medio vaso de agua
La imposibilidad de entender nuestra propia muerte
Dos tiburones rumoreando
Dos rémoras sin tiburón.
El montaje de la exposición duró una semana. Al cabo de varios viajes y muchas horas de embalaje, mudanza y acomodo el 8 de febrero estábamos listos Maga y yo para TRANSPARENTE. Hasta el día de la inauguración estuvimos allí ajustando los últimos detalles de la instalación. Verificando y comprando las últimas cosas que necesitaríamos para habitar el museo sin salir de él durante cuatro días. La comida y las últimas cosas necesarias para dejar nuestra casa en Cuernavaca, dejar a nuestro conejo y al gato Pulque Mayahuel y habitar el museo.
El montaje de la semana anterior consistió en la apropiación del espacio. Prepararlo para vivir en el lugar. Limpiarlo, barrerlo y trapearlo. Prepararnos para nuestra mudanza. Hacer del baño en el museo. Sentir eso que se siente cuando uno está a punto de cambiarse de casa y cuando se llega a un nuevo casa para devenir hogar. Esa sensación de apropiación del espacio para crear un vínculo, un lugar. Esa sensación epistemológica y ontológica de pertenencia a un territorio. La construcción de un hábitat.
Soñar el ambiente. Mirar los muros e imaginar la obra. Acomodar en la imaginación la cocina y el dormitorio. Darle sentido, materializar una casa. Hábitat hogar. Imaginar los muebles y diseñar el acomodo. La curaduría de la obra consistió en la formación y consolidación de un hogar: hábitat de los artistas. En darle forma a la casa, mudanza y apropiación del lugar.
Invitamos a nuestros compañeros de la maestría en creación artística a que nos acompañaran y visitaran en la instalación de TRANSPARENTE durante una tarde. Nos ayudaron a armar un rompecabezas sobre el suelo alfombrado. Estuvimos tres horas tumbados en el suelo, rodeados de fichas multicolores con el fin de armar una imagen que terminaría siendo negra.
Con el tiempo concretamos una relación hogar con el espacio museo. Mi cuerpo y el de Maga comenzaron a crear una memoria corporal sobre su entorno. Comenzó el hábitat. Para habitar un espacio hay que respirarlo, sudarlo, mirarlo e imaginarlo mucho. Un trabajo intelectual de autoconocimiento.
En esta experiencia me parece relevante establecer un símil entre TRANSPARENTE y el movimiento social europeo de finales del siglo XX y principios del siglo XXI denominado okupa que reacciona al concepto pancapitalista de la propiedad privada mediante utilizar edificios o viviendas vacías y terrenos desocupados con el fin de sacarles provecho: vivir en ellos, habitarlos o utilizarlos como centros de reunión u otros fines sociales, culturales y políticos.
En TRANSPARENTE nos propusimos okupar el Museo de la Ciudad de Cuernavaca MUCIC. Apropiarnos del espacio público expositivo para crear un ambiente propio personal. Migrar.
Nosotros llevábamos ya varios días en performance para cuando la inauguración. En el trance de la mudanza, la metamorfosis y el cambio. Ya éramos partes visuales de la obra plástica instalada en el museo. Cuando se abrieron las puertas en la inauguración yo estaba produciendo la última pieza de la instalación que conformaría TRANSPARENTE. De la lista de 123 piezas la última fue un dibujo, una pintura ejecutada con el dedo y con pintura negra. A la manera prehistórica la plasmación de la mano como símbolo. Como signo de autoría, de autorretrato. La sala del museo era ya una prolongación de nuestro cuerpo.
En lo alto de la pared de la cocina dibujé un sol y nueve lunas en fase. Evocación del paso del tiempo, de los ciclos, de la memoria, del cambio en el ser, de la relación del sol y la luna, de la pareja, del amor pero sobretodo de la compañía, del fuego, la luz, la dependencia y la codependencia, del reflejo de la luz del sol sobre la superficie de la luna para formar las fases visibles desde la tierra, del otro, de las relaciones del ser con el otro, la percepción y la conformación de una identidad en torno al otro.
MaGa llegó en la inauguración, tuvo que dejar el carro en casa, al regresar, las personas ya estaban en la sala, viéndome acomodar las lunas en el muro de la sala expositiva. MaGa entró y comenzó, junto conmigo, a pintar el espacio, a pintar de negro la instalación, nuestras pertenencias, nuestro hogar, los caballitos azules que pintamos entre los dos, el corazón de hoja de oro, nuestras máscaras, nosotros mismos.