Literatura y cocina siempre han estado ligadas, al grado que el sabor de una magdalena le bastó a Marcel Proust para lanzarse en busca del tiempo perdido; a Laura Esquivel para narrar los amores de Tita cuando la Revolución mexicana ponía las cosas como agua para chocolate; a Truman Capote para revelarnos que hasta el desayuno más sencillo adquiere glamour si es consumido frente a la joyería Tiffany’s, e incluso a Amado Nervo para confesar que su amor por las letras está ligado a un recetario, pues aprendió a leer con el libro más atesorado por su madre: La cocinera poblana.
La palabra gastronomía deriva de: gáster, estómago, bajo vientre, ventrículo, y de nomos, ley, regla, base. Arte, colección de reglas, para comer bien; afición a los buenos bocados. Los griegos al crear la palabra decidieron terminarla con “logía” lo cual hace referencia a tratado, conocimiento, saberes.
De niña una de las primeras lecturas que me acerco a la comida fue Alicia en el país de las maravillas, soñaba con disfrutar la hora del té rodeada de locos y pequeños bocadillos. Desde entonces uso toda clase de especias para experimentar y aderezar las palabras que escribo:
1. Pedazos de luna para construir personajes
2. Corteza de recuerdos para despertar olores
3. Ceniza de hoja en blanco para espantar la ansiedad
4. Hilos de cordura para los relatos
5. Semillas negras para sembrar versos
6. Esencia de lubricidad para el tintero
7. Pistilos de hada para ablandar la dureza de textos olvidados y poder usarlos de nuevo
8. Puntos sin comas para textos cortos y de sabor fuerte
9. Comas sin puntos para permanecer escribiendo
10. Cristales blancos para potenciar los conflictos dramáticos.
11. Cascaras de nube para fortalecer finales
Son las especias que llenan de sabor y condimentan los textos. La literatura es un buen bocado de saberes para nuestro ser. Disfruto cada mezcla que realizo con ellas. Las texturas, colores y sabores son sinónimos de tiempo, tiempo para cocinar cada letra hasta que llegue a su punto exacto para ofrecer un buen banquete a los lectores.