No es fácil enfrentarse al espejo, especialmente a nosotras las mujeres nos cuesta trabajo mirarnos. A veces, no nos gusta ese reflejo, podemos vernos, sin siquiera reconocernos. Mirada de rechazo, de reproche, de crítica, para muchas se vuelve cotidiana, y guardamos la esperanza de que en otra ocasión nos devuelva otro reflejo, uno que aceptemos más, que nos guste más, parecido a otras mujeres que vemos fuera del espejo. Nos cosificamos porque en nuestra sociedad, tiene gran valor el cómo te ves y pareciera definir en gran parte quién eres.
Carina Favela